Solo llevo un mes aquí y he de decir que no ha habido fin de semana que no me lo haya pasado genial, ya sea de acampada, como ya os he contado o saliendo de marcha por la ciudad. Me quedan muchos garitos que visitar, pero por ahora el que se lleva la palma es el Elinga (no se si se escribe así exactamente).
El susodicho sitio está situado por el centro de la ciudad, cerca de la Marginal, una de las avenidas principales, en un edificio un tanto decrépito por fuera pero lleno de ambiente por dentro. Digo también ambiente porque me da la impresión que gays y lesbianas frecuentan bastante el local, y me da que en este país todavía no está muy bien visto que digamos.
Sin ir más lejos ayer fue una de esas noches en las que vuelves a casa orgulloso de la fiesta que te has pegado. Después de cenar en la villa, en la terraza de la casa de María, unas fajitas del KFF (Kentuky Fried Frango, imitación del KFC, regentado por unos libaneses), partimos rumbo al casino de un hotel. Me paso la primera hora analizando y intentando enterarme de las reglas básicas del black jack (juego sencillo, pero yo era más de 7 y media con mi abuela cuando era pequeño). Al final me decido a cambiar 40 dólares (la apuesta mínima eran 10) pensando que en menos de 5 minutos me iba a levantar de la silla. Pero no, la cosa fue bien y salí de allí con 110 dólares tras 45 minutos. Mencionar que en el tiempo que estás allí puedes beber y comer sándwich todos los que quieras que son gratis. De allí partimos para el Elinga, la música es un poco durilla al principio pero terminas pegándote un fiestón increíble. Eso sí, las copas son auténtico matarratas, de verdad. Así ayer tras dos noches de prueba y error me pasé a las cervezas. Sabia elección.
Por último, otro día mítico, fue el segundo domingo que estuvimos por aquí. Nos proponen ir a un sitio en la Ihla que se llama Tamariz. Hay que armarse de paciencia para llegar a la Ihla los fines de semana por que está todo en obras y puedes tardar perfectamente hora y media en entrar y otra hora y media en salir. El caso es que llegamos allí, y entras en restaurante-terraza mirando al mar donde empiezan pinchando chill -out a eso de las 5 de la tarde (aquí a sobre las 18.15 es de noche). La tarde se fue animando, hasta acabar en una autentica fiesta. Aquí os dejo unos videos que dan fe de ello para despedirme. Besos y abrazos para todos. Y sigan luchando por ser felices.
Un domingo cualquiera, 18h
Un domingo cualquiera 19h
Veo que esto no tiene límite...jaja! Que grande eres y que orgulloso estoy de ti. Si me dijeras que te pasas el día currando o metido en la villa me preocuparia...pero creo que no es el caso. Voy a empezar a plantearme el ir buscando billete de avión. Un abrazo hermano!
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