La siguiente parada de nuestro
itinerario era Mount Mulanje que se compone de unos 20 picos de 2500m y el
mayor alcanza los 3002m (el más alto del África central). Para eso, desde
Majete teníamos que volver a Blantyre (que no visitamos en ningún momento pero
nos sirvió de parada y repostaje), y de ahí directos a través de la M4.
Llegando a Mount Mulanje
Durante el recorrido hasta la ciudad, viendo como se va acercando la montaña puedes ver los campos de té. Una imagen maravillosa.
Tenemos a nuestro guía,
Christopher, que hay que pagarle Mk2500 (10$) por día; y empezamos a subir.
Sabíamos que estábamos en baja forma y por eso decidimos hacer la ruta fácil,
pero no llegamos a la parte fácil (los últimos 40 minutos del recorrido en la
planicie a 2500m) porque todo, TODO, era en cuesta muy empinada. Nada de “vas
subiendo pero no te das cuenta” NO. Como si te pusiese a subir 2500m por todas
las cuestas de Toledo o, en su defecto, de Albalate del Arzobispo (que en
cuestas nada tiene que envidiarle). Así que, después de preguntarle varias
veces a Christopher cuando exactamente llegaba la mejor parte de la subida y
comprobar que la respuesta más acertada era NUNCA! Decidimos recular y
sobrevivir! Nos rajamos (me rajé), sí, en toda regla. En mi defensa tengo que
decir que el pico más alto “Sapitwa” significa “No vayas” o “El lugar al que no
se puede llegar” y yo añadiría LOCO! Pero hicimos otra rutita alternativa (que
no es que fuese mucho más plana pero sí más corta) a ver la catarata “Old’s Man
Pool”. Esta catarata son pequeñitas en comparación con las que vimos en Majete,
pero tienen más fácil acceso y después de esa caminata puedes remojarte la
cara, que no es poco! Cuenta la leyenda que quienes encontraron las cataratas,
llegaron a la “piscina” y vieron un ser en ella (un espíritu, como tantos en
las montañas) y en cuanto les vio llegar desapareció, de ahí el nombre de las
cataratas.
Christopher nuestro guía
Pasamos la noche en el CCAP
Likhubula en habitación compartida aunque estábamos solos por 11$ cada uno.
Estos CCAPs son organismos de cooperación, la mayoría con trayectoria
religiosa. En este caso, donde nos hospedamos tenía la función de orfanato para
niños y niñas de la zona (no solo huérfanos sino también niños desatendidos); y
pese a que normalmente no se quedan a dormir todos allí, ese día allí estaban.
Ducha caliente, cenita y a la cama.
Trabajadores y campos de té a los pies de las montañas
Más aventuras, más adelante.
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