Salir de Cape MaClear fue duro.
Bueno, realmente las horas de coche, 7 horitas hasta Nkhata Bay!!! Lo primero
nos repartimos el trayecto porque salimos tempranito del Fat Monkeys. Eso sí,
el único tramo que conduje yo, encontramos por el camino que estaban haciendo
prácticas militares. Vaya nervios, hay que tener en cuenta que conducir por
África no suele ser igual que conducir por la selva madrileña (pese a que en
Malawi se conduce bastante bien) y además hay que añadirle que se conduce al
revés que España.
Llegamos bien a Nkhata Bay pero
tarde, la cocina del Mayoka Village ya estaba cerrada. Afortunadamente la
atención en el Mayoka Village es excelente y nos hicieron de comer, como todos
los días muy bien. En principio esperábamos otra cosa; playa de arena blanca,
pero no era un lateral rocoso del lago, la zona norte. N, tan valiente como
siempre, decidió darse un baño en el lago después de plantar la tienda donde
posteriormente dormiríamos.
Aquí plantamos la tienda y con esto
amanecimos 3 días
El Mayoka Village está situado y
construido en una colina en la zona norte del Lago Malawi, adaptando las
escaleras a las piedras para llegar a los distintos niveles, con espacios de
donde hay casas de piedra, zonas de acampada, hamacas y tumbonas a las orillas
del lago, plataforma en el lago en la que reposar, baños con la parte superior
abierta (lo dicho, yo quiero uno para mí casa) y una gran zona
bar-restaurante-zona de distracciones varias. Ofrecen de forma gratuita gafas y
tubo de snorkel, kayaks y el barco tradicional (dugout) y un circuito de día
completo en barco para otras tantas actividades. Lamentablemente no estábamos
un martes. Además organizan varias actividades con Chimango Tours (una compañía
local). Tienen huerto propio, así que las verduras eran de primerísima calidad
(la menta estaba plantada junto a nuestra tienda, espectacular el olor). Desayuno
y comida corre de tu cuenta y de cena podías elegir del bufet del día (1400Mk =
5$), pero hay que pedirlo antes y se sirve a las 6:30. El primer día no sabíamos
esto, pero aún así pudimos comer del bufet: pescadito del día, con verduritas
asadito todo (riquísimo). Después de cenar (y como cada sábado) se organizó un
torneo de billar en el que para participar hay que poner 200Mk (0.71$). N cayó
en la primera vuelta, pero fue divertido. Durante la noche hubo música hasta
muy tarde y es que había un festival de música en Nhkata Bay, más que la
música, fueron molestos los perros que decidieron hacernos compañía durante la
noche. Pero desayunar como los campeones (Farmhouse breakfast = 2 huevos + 2
tostadas + baked beens + salchicha + beicon + papas + zumito) en esa terraza
con esas vistas… (me repito, lo sé, pero tenían que estar ahí).
Entonces pedimos el equipo para
bucear y nos fuimos bordeando la costa a una playita de arena a unos 500m.
Bordeando el Mayoka para llegar a la playa
Arena blanca y solitaria, pero al
ir nadando no tenemos fotos que certifiquen lo que vimos. Un ratito al sol y de
vuelta al Mayoka. Pasamos la tarde sin hacer absolutamente nada más que leer,
relajarnos y hacer vida contemplativa.
Mirarnos el ombligo y nada más
Mirar al lago plácidamente
o remojarnos en él
Probamos la famosa (con todas las
de la ley) tarta de chocolate que hacen fresca cada tarde. Nos dimos un baño y
reposamos en la plataforma con los últimos rayos de sol, duchita y a cenar. Esa
noche el bufet era de pizzas caseras en el horno tradicional. Por fin conocimos
a una turista española (y de Zaragoza para más inri!), Celia y a su pareja Guy
y nos contaron de su maravilloso año sabático del que quedaban aún más de un
viaje que hacer. Los perros volvieron a darnos la noche (les gustamos demasiado),
pero volvimos a reponer fuerzas con el señor desayuno y volvimos a nuestra
playita, pero esta vez nos encontramos allí con mujeres y niños aseándose y
lavando ropa. A la vuelta comimos (muy recomendable la comida thai que servían)
y decidimos que era hora de salir del Mayoka, visitar y comprar cosas en Nkhata
Bay. Nada más salir del lodge encuentras puestecitos con suvenires. En Malawi
se trabaja muy bien la madera y después de ver todos los puestos, de comprar
unas telas y un bolso nos fuimos a regatear nuestros regalos y recuerdos (nadie
se ha quejado de su regalo). Además nos enseñaron a jugar al bao (sigo
arrepintiéndome de no haberlo comprado). Noche de bufet: curry de pollo o
veggie (para salirte la comida por la boca). Esa noche sí descansamos porque
había otra tienda a nuestro lado, nuestra última noche en un trocito del
paraíso. Pero al dormir en tienda, en cuanto sale el sol te tienes que
levantar, y eso hicimos. A la mañana siguiente nos despedimos de los
trabajadores del Mayoka, ya nos quedaban 3 lugares a los que ir en esta
aventura, veíamos que se acercaba el día de marchar y no queríamos; y mucho
menos después de esos 3 días. ¡Yo repito!
El barco que no llegamos a coger
(foto sacada de la web del Mayoka Village)
Señor de 81 años que vendía chocolatinas
en el Mayoka, el hombre se dormía con facilidad
y ahí se quedaba sin inmutarse de los
ruidos de alrededor (foto sacada de internet)
Para más información de este maravilloso lugar: Mayoka Village
En la próxima entrega, la tercera
y última aventura con elefantes.
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