Muchas cosas me han sorprendido hasta ahora: la alimentación, los recursos, las capacidades individuales, el respeto, lo suprefluo...
Pero no voy a echar una "chapa" de cada una de estas cosas.
La alimentación que damos a nuestros niños intentamos que sea la mejor, entre otras cosas condicionará su salud y su desarrollo; ¡normal que nos preocupe tanto! ¿Cómo cambiaría el desarrollo y el aprendizaje de estos/as niños/as si su alimentación fuese, en definitiva, más completa? No es que coman mal, no es que abusen de dulces y golosinas (tampoco es que no tengan acceso a ellas), es que la comida es muy repetitiva.
Una de las mamás cocina en el cole la comida para los niñs y las dos maestras (Madam Zione y yo, Madam Sara), ella y otra cocinera comen un poco de lo restante. Un día se come verduras, otro pescado que se deja secar, otro pollo, más verdura y como sumplemento a todo arroz o "nsima" (una pasta de millo o maíz). De esto último es de lo que más se alimentan los niños (y mayores) del país, día y noche. Afortunadamente es un país rico en agricultura, así que verduras todas las que quieras.
El otro día me acordé con una sonrisa de mi madre (y todos los libros de cocina que puedas encontrar) cuando una niña trajo una naranja verde y tras pelarla se comió, lo primero de todo, la piel blanca que recubre la naranja. ¿Entiendes por qué me reí? Cuántas veces habré oído (y leído) eso de, "la parte blanca de los cítricos hay que quitarla porque da amargor" (de hecho también se lo dije hace poco yo a mi hermana). Pues no señores, aquí se come.
Hasta la próxima y buena suerte.
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