19 de marzo de 2014

Nepal: Katmandu

Después de más de 24h sin dormir entre esperas de aeropuerto y aviones, llegamos a Katmandú. Nos alojamos en Asmita B&B donde nos encontramos tan bien que volvimos tras los días en Pokhara. Dharma (marido de Asmita) tiene una historia muy ligada a España, es un hombre admirable y desde luego hace replantearte las cosas por las que nos quejamos. Pero su historia es mejor que la leas en su web, o mucho mejor: que te la cuente él mismo. El B&B está en Thamel pero no en las calles más bulliciosas. Esto es bueno porque no hay tanto jaleo, ni música hasta altas horas de la madrugada cuando quieres/necesitas dormir; pero también implica que es posible que vuelvas a casa sin luz una vez oscurezca. Aún no he dicho que Nepal es bastante seguro, incluso Katmandú que parece más salvaje; así que volver con poca luz tampoco es correr peligro.

Dejamos las mochilas y empezamos la aventura. Primera parada: Changu Nayaran Temple. Es un templo muy sencillo a las afueras de Katmandú, está en la cima de una montaña y las vistas mientras subes en coche son espectaculares (desde la cima los árboles impiden disfrutar de ella). La pagoda tiene piezas de arte nepalí del siglo V y XII. Lamentablemente está un poco dejado, es un templo en activo (sus fieles acuden a él) y hay que pagar por entrar a la zona para poder verlo (si eres extranjero) pero esto no parece que sea suficiente. Los monos campan a sus anchas y en cuanto oyen que se abre una cremallera asoman sus cabezas con ganas de robar comida, los andamios para las reparaciones dejan ver claramente la falta de seguridad y el nivel de pobreza del país. Nos encontramos a una señora muy muy mayor (o al menos lo parecía, hay que tener en cuenta que la esperanza de vida es de unos 45 años pero que la tasa de mortalidad infantil es altísima) haciendo sus ofrendas y sonriendo a todos los turistas. Digno de ver, no podía enderezarse, pero ahí estaba.



Desde aquí seguimos la ruta hacia Bhaktapur. Esta ciudad fue capital de Nepal hasta el s. XV. Solo vimos la Durbar Square (la plaza central) que contenía todos los edificios antiguos. Para entrar a la plaza, en esta y en todas las demás, hay que pagar y el precio puede variar entre 1500 rupias nepalíes (11€ o 15$) a 200 (1.5€ o 2$). Pero valen la pena todas. El Durbar Square de Bhaktapur es grande, está lleno de turistas y de personas yendo al templo, además de la gente que quiere hacer de guía. Aquí no sé si eran guías oficiales o no ya que ninguno me enseñó la certificación del gobierno (así que me imagino que no) pero puedes tener un guía por un par de horas por precios desde 200 - 600 NPR (depende de lo bien que se te dé el negociar) y si no, pues libro de viaje y panfletos en mano.
Esto es un museo al aire libre, los templos son muy llamativos y variados además tienes los surtidores de agua donde puedes ver cómo la gente llena sus garrafas de agua para trasladarlas a sus casas (siempre hay alguien haciendo esto). Las tallas (en todo tipo de templos) son casi siempre de madera y con un detalle impresionante.

Detalles del Golden Temple
 Fasidega Temple

La mañana amaneció fría después de toda una noche lloviendo. Nuestra primera parada fue Patan [Pa' tahn], ciudad que una vez fue independiente, y también el destino era el Durbar Square. En esta ocasión era mucho más pequeña pero con muchísimo encanto. Subimos a uno de los templos (Bhismen Temple) para ver las vistas de la plaza con altura. Personalmente me sentí bastante incómoda ya que en el templo había personas haciendo ofrendas mientras los turistas estábamos con las cámaras y a otra cosa, pero intentamos ser lo más invisible posible. Otro de los templos, Krishna Mandir, estaba en plena actividad.




Cuando terminamos con la plaza paseamos por la ciudad y encontramos un templo (que viene en todas las guías) precioso lejos del bullicio de la plaza: Golden Temple (otro, aquí los nombres se repiten).

 Este es el pequeño tamaño del templo
La religión está totalmente integrada
en la vida y rutina diarias
 En una callejula encontramos esto.

Ofrendas para los dioses. Un grupo de mujeres 
las preparaban y vendían en la puerta del templo.

El tiempo se nos echaba encima, y es que a medida que avanza el día, el tráfico se vuelve imposible. Paramos para ver Boudhanath Stupa, Patrimonio de la Humanidad, y aquí podrías pasarte horas si no tuvieses el coche fatal aparcado. No sólo la Stupa es impresionante, sino que el ambiente, la música, las terrazas desde dónde poder disfrutar las vistas podrían permitirte pasar la tarde sin miramientos.

 Sin palabras.

  
Y para cerrar el día Pashupatinath. El templo es bonito, está lleno de gente, puedes hacerle fotos (previo pago) a los shadu, ver la preparación para la cremación del difunto (y sentarte en las gradas a hacerles fotos si quieres) y ver las piras crematorias. También tienes comerciantes a las puertas y hasta un centro de mayores (pero no sé decir en qué condiciones estaba). Ah y un maravilloso parque de atracciones a la entrada (la seguridad es un término relativo; depende de qué entiendas tú por seguridad). 
 El templo tiene hasta 10 piras funerarias.

Expectación mientras preparaban a un difunto
para la ceremonia

Y aquí se truncó nuestro día. A nuestro taxista se le pinchó la rueda y la de repuesto estaba en mal estado (luego nos enteramos de que valía 200 NPR = 1.5€ ó 2$ arreglarla), así que volvimos a Thamel a buscar algún sitio dónde comer. ¡Qué comidas! Los mo-mo's son el plato típico (de pollo, verduras, pescado...), pero además en cualquier tipo de restaurante puedes encontrar platos de comida tibetana, tailandesa, china o hindú, además de "continental food" (pizza, hamburguesa, sándwich, etc.). Comimos en Dechenling Garden, justo a las afueras de Thamel, sin ruidos, ambiente muy zen, absolutamente solos, un pelín más caro (1600 NPR 16$ ó 11.7€ entre los dos) pero la comida estaba deliciosa. 

Y de ahí, al Garden of Dreams; otro rincón en el que pareces estar fuera de la ciudad. Muy visitado por parejas haciéndose arrumacos ya que está muy mal visto el contacto físico entre hombres y mujeres en público.



Dos últimas paradas quedan en Katmandú. La primera la Durbar Square de Katmandú (por su puesto que había una). En este caso, la plaza es gigante. Aquí los guías si te enseñan un carné de oficialidad, podrías pasarte viendo la plaza todo el día y probablemente te faltaría tiempo. La plaza tiene tantos templos y tanta historia que me quedaré con las impresiones. Mi destino inicial no era la plaza, ya que quería hacerlo en otro momento, pero me perdí y aquí acabé. La parte por la que yo entré a ella era de postal, pero como no pensé que estaba en Durbar Square, no hice la correspondiente foto; pero imagínate un edificio bajo con balcones de madera y en las puertas que dan a la calle tienditas con todo tipo de ofrendas para los distintos dioses de todos los templos que hay en la plaza. Al principio, entre que se te acercan 15 guías al mismo tiempo, te das cuenta de todo lo que tiene la plaza y el murmullo incesante, te abruma. Me di cuenta de que estaba corriendo en la plaza, sin ver absolutamente nada. Así que me fui por detrás de uno de los tantos templos y me senté. No podía creerme lo silencioso que estaba (estaba todavía en la plaza). Me senté y a mi alrededor había algunos templos, pero lo más llamativo era la estatua de Hanuman. Y lo más raro que encontré fue un edificio de estilo europeo en mitad de la plaza, supongo que quien lo hizo quiso que la plaza pareciera moderna.

Chyasin Dega (vaca tranquila entre
palomas incluida)
Imagen de Kaal Bhairav
Degutalle Temple

Y por último quedaba el famoso "Monkey Temple" o Swayambhunath que es como se llama. Cometí el error de pedirle a un muchacho que conducía un rickshaw que me llevara. No lo hagas, por su propio bien. El pobre muchacho se pasó más tiempo de pie empujando la bici cuesta arriba o frenando la bici cuesta abajo que pedaleando. Y yo mientras tanto cual reina sentada "a la fresca" (qué mal lo pasé, qué vergüenza). Se puede subir caminando (o en taxi) pero se tarda como 1 hora y los caminos ni están señalizados ni están medianamente bien (otro motivo por el que sentirme mal mientras me conducían al templo). Cuando llegué al templo esperaba encontrarme con muchos más monos, pero no vi tantos (igual ya estaban descansando). Mejor ir sin prisas, porque si hasta el templo hay que subir y subir, una vez que llegas allí tienes escaleras y más escaleras. La zona que tiene la Stupa es pequeña, pero hay una mezcla enorme de pequeños templos, figuras, tiendas de recuerdos y artesanía. Desde esta altura podría verse toda la ciudad de Katmandú, pero la polución es tal que se ve una columna de polvo. 

 Este mono huía tímidamente de un
perro que quería quitarle los 
cacahuetes

Esta es la locura de Katmandú, y si visitas Nepal, esta debiera ser tu primera parada. Nosotros seguimos el viaje a lugares más tranquilos, y si haces lo mismo, entenderás por qué Katmandú debe ser tu primera parada y no la última (o volverás de las vacaciones aún más estresado/a que cuando marchaste).

Aquí dejo otras fotos de la ciudad por si estas te han sabido a poco.
Durbar Square en Bhaktapur
 Naga Pokhari (Bhaktapur)
 Vatsala Durga (Bhaktapur)
 Krisna Mandir (Bhaktapur)
 Durbar Square en Patan
 Kumbeshwar (Patan)
 Si te fijas, están echando pintura blanca sobre
la Stupa
 A mitad de comida nos dimos cuenta de 
que aún no le habíamos hecho ninguna
foto a ningún plato de Mo-mo's!
 Durbar Square Katmandú
 Palacio de Basantapur (Katmandú)
 Camino de Swayambhunat 
 Vistas de Katmandú

¡Nos vemos en Pokhara!

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