21 de diciembre de 2011

Casi tres meses

Ya han pasado casi tres meses desde que aterrice en Luanda y uno cada día se acostumbra un poco más a los engarrafamentos, a las largas esperas cuando uno va a comprar y a los contrastes. Eso sí, cada cierto tiempo reconozco que necesito salir de esta ciudad, aunque sea alguna playa cercana, acampar y relajarte un poco.

Tenía un poco olvidado el blog este último mes. Un resumen rápido sería este:
  • Más trabajo que al principio (se agradece) aunque más de uno aún piensa que estoy aquí solo de parranda.
  • Fiestas de despedida (mucha gente de la villa se nos está yendo estos días).
  • Second Luanda Amaizing Gynkana (ahora lo explico).
  • Planificación de las navidades (una persona muy especial llega en unos días).
  • Días de playa y alguna acampada.

The Second Luanda Amazing Gynkana, tuvo lugar hace tres fines de semana. 10 equipos de 4 personas (la mayoría expatriados). 6 items, 6 fotografías y 6 videos a conseguir, un tablero de juego: Luanda. Por ejemplo había que conseguir, entre otros ítems, un dildo, un boarding pass del día 3 o un pez vivo entre otros; fotografiar a un miembro del equipo besando a un policía o los cuatro en pañales en la calle o grabar un video bailando kizomba (baile de refrote) en un museque (zona de chabolas) con gente del mismo. Fue un día muy divertido que culminó con una gran fiesta en casa de un colombiano que tiene una mansión de la leche.







Para no perder las costumbres, a eso de las 5.30 de la madrugada, tres de nosotros tenemos la brillante idea de irnos de empalmada a Pambala. Se trata de una playa a una hora más o menos, donde estaban unos amigos acampando. Y allí que nos fuimos, todo parecía rodado y cuando llegamos allí se pone a llover durante toda la mañana, así que el día de playa fue pasado por más agua de la que esperábamos. Eso sí, para salir de la playa (30 minutos por una pista llena de barro), pudimos presenciar una lección magistral de Manu de conducción extrema. Solo el parachoques y un poste de luz salieron un poco dañados, pero de buen rollo.

Para no hacer muy aburrida esta entrada, acabo con la salida hace dos fines de semana a otra playa también a las afueras de Luanda, bastante espectacular. El paisaje es un “cementerio de barcos” que impresiona bastante como se puede ver en las fotos. Me quedan pendientes dos entradas estos próximos días: una sobre el revolucionario invento que se comercializa en cualquier calle de Luanda y que puede ser definida como el arma de destrucción masiva total y otro, en un tono más serio, para contar la realidad de un país de contrastes sociales bestiales e insostenibles. Luchen por ser felices.












15 de noviembre de 2011

Viaje a Benguela: un traficante y un prostíbulo

Parece ser que al final la mayoría de los planes y viajes que llevo hechos se tornan en una aventura un tanto surrealista. En este caso, nos pasó de todo. El día 11 de noviembre es el Día de la Independencia de Angola y por tanto festivo. Teníamos ante nosotros tres días que aprovechar, así que el viernes, bien temprano, nos pusimos en marcha rumbo a Benguela, que es la segunda ciudad más importante del país después de Luanda y está a unas 6 horas de coche hacia el sur. El viaje hasta allí no se me hizo nada pesado, iba admirando los distintos paisajes y pueblos que atravesamos.

  



Una vez llegamos a Benguela, estuvimos esperando a un amigo de un amigo. Un tipo cubano que nos iba a dar alojamiento la noche del sábado en su nuevo “hotel”, aún sin abrir.  Estuvimos esperando tranquilamente tomando unos finhos (cerveza de barril) y disfrutando de la playa y de la ciudad, totalmente distinta a Luanda. Allí todo parecía más tranquilo, menos caótico, menos sucio… La verdad es que me gustó mucho. Una vez que apareció el cubano, con su Hummer con ruedas “de postureo”, pusimos rumbo a la playa donde íbamos a acampar la primera noche por una serie de caminos de tierra durante dos horas.

A mitad de camino nos cruzamos con un “pobre” señor que hacía autostop ahí en mitad de la nada. Decidimos recogerle y llevarle hasta donde coincidieran nuestros caminos. Le vamos preguntado qué hace, qué le trae por esos caminos… Y nos cuenta esta historia: llevo andando 1 día y me quedan otros dos hasta llegar a Namibe (al sur de Angola) que voy a comprar estupefacientes (creemos que se refería a marihuana) para vendérselos a los pescadores en Benguela. Duermo al lado del camino. Con lo que venda creo que sacaré 500.000Kz (5000 dólares). El bueno de Guillerminho….










Después del traficante, el Hummer reventó una rueda por no ir con los neumáticos que debía. Un par de coches nos quedamos para ayudar y otros tres fueron adelantándose a la playa para ir haciendo la barbacoa. Una vez llegamos a la playa, la falta de conocimiento, hace que se nos queden atrapados los coches en la arena, así que nos ponemos a empujar. Nos ayudaron los del grupo que se había adelantado que tenían más idea... Había que deshinchar algo las ruedas y con la tracción ya fue perfecto. Pero eso nos costó casi una hora. Menos mal que allí nos estaba esperando un lechón que estaban asando. La noche fue genial. Y mejor aún cuando te levantas y nada más salir de la tienda ves la playa y te das un bañito.



Después de todo el día en la playa nos fuimos para Benguela. Llegamos directamente para cenar en el restaurante donde habíamos reservado. Pedimos un plato típico brasileño para todos. Se trata de una caldera de marisco que se acompaña con arroz que esta increíblemente bueno. Con el estomago lleno, fuimos al hotel del cubano que realmente va a ser un puticlub con 16 habitaciones y un bar con dos barras americanas. Estaba todo a estrenar, hasta los colchones estaban aún con el plástico.  En unos meses no quiero saber qué habrá por allí, además de unas chicas brasileñas que regenten el lugar. El caso es que nos salió gratis y nos solucionó la noche.

El camino de vuelta fue un poco duro pero fuimos parando en distintos sitios que merecía la pena ver. Un reducto a la entrada de Lobito (ciudad cerca de Benguela), el río Katumbela, donde dicen que hay cocodrilos (no los vimos) y unas cataratas cerca de Sumbe. Os dejo una muestra de todo ello para despedirme. Luchen por ser felices.












5 de noviembre de 2011

Noches de Luanda


Solo llevo un mes aquí y he de decir que no ha habido fin de semana que no me lo haya pasado genial, ya sea de acampada, como ya os he contado o saliendo de marcha por la ciudad. Me quedan muchos garitos que visitar, pero por ahora el que se lleva la palma es el Elinga (no se si se escribe así exactamente).

El susodicho sitio está situado por el centro de la ciudad, cerca de la Marginal, una de las avenidas principales, en un edificio un tanto decrépito por fuera pero lleno de ambiente por dentro. Digo también ambiente porque me da la impresión que gays y lesbianas frecuentan bastante el local, y me da que en este país todavía no está muy bien visto que digamos.
 
Sin ir más lejos ayer fue una de esas noches en las que vuelves a casa orgulloso de la fiesta que te has pegado. Después de cenar en la villa, en la terraza de la casa de María, unas fajitas del KFF (Kentuky Fried Frango, imitación del KFC, regentado por unos libaneses), partimos rumbo al casino de un hotel. Me paso la primera hora analizando y intentando enterarme de las reglas básicas del black jack (juego sencillo, pero yo era más de 7 y media con mi abuela cuando era pequeño). Al final  me decido a cambiar 40 dólares (la apuesta mínima eran 10) pensando que en menos de 5 minutos me iba a levantar de la silla. Pero no, la cosa fue bien y salí de allí con 110 dólares tras 45 minutos. Mencionar que en el tiempo que estás allí puedes beber y comer sándwich todos los que quieras que son gratis. De allí partimos para el Elinga, la música es un poco durilla al principio pero terminas pegándote un fiestón increíble. Eso sí, las copas son auténtico matarratas, de verdad. Así ayer tras dos noches de prueba y error me pasé a las cervezas. Sabia elección.

Una mención especial se merece el fin de semana pasado. El sábado se organizaba una competición de kitesurf internacional en un pequeño islote cerca de Musulo (una isla enfrente de Luanda donde los ricos tienen sus casitas de fin de semana). El día pintaba cada vez mejor, mucha gente, buen rollo, cerveza gratis, y por la noche un pibe pinchando. Que más se puede pedir que estar en una isla en mitad de África a las 12 de la noche en bañador y de fiesta. Pero no, para 4 de nosotros eso no fue suficiente al parecer, ya que a eso de las 2 nos pasan la información de que en Cabo Ledo (a una hora de allí) hay una rave en la playa. Pues allí que vamos. Cuando estamos llegando un ruido metálico nos sorprende, paramos el coche, algo no está bien ahí debajo. A todo esto se para un señor de unos 60 años y nos ofrece su ayuda, se mete en el coche y sale con la bomba del aire acondicionado en la mano, con dos cojones!!! No pude sino inmortalizar el momento, al igual que él que fue corriendo a su coche a por su cámara de fotos. De la rave no había ni rastro, así que nos toco dormir apretados en el coche y al día siguiente volver resignados a para casa. En fin, había que intentarlo, y como dice un amigo por aquí “quién no arriesga no gana”, esta vez perdimos.


Por último, otro día mítico, fue el segundo domingo que estuvimos por aquí. Nos proponen ir a un sitio en la Ihla que se llama Tamariz. Hay que armarse de paciencia para llegar a la Ihla los fines de semana por que está todo en obras y puedes tardar perfectamente hora y media en entrar y otra hora y media en salir. El caso es que llegamos allí, y entras en restaurante-terraza mirando al mar donde empiezan pinchando chill -out a eso de las 5 de la tarde (aquí a sobre las 18.15 es de noche). La tarde se fue animando, hasta acabar en una autentica fiesta. Aquí os dejo unos videos que dan fe de ello para despedirme. Besos y abrazos para todos. Y sigan luchando por ser felices.

Un domingo cualquiera, 18h

Un domingo cualquiera 19h


24 de octubre de 2011

Por que cuando el día sale mal, la cena puede ser estupenda...

Después de un día asqueroso: la primera lluvia de la temporada, un poco de trabajo duro, despedida de J y un examen mañana; llegar a casa y ponerme hacer la cena, pensar que también va a salir mal y sin embargo tener un resultado riquísimo no tiene precio. 

Lo primero que he hecho eran unos berberechos a la marinera tailandesa pero como me faltaba algún ingrediente lo he versionado, lo dicho, el resultado exquisito!

Berberechos versionados:
Ingredientes:
1k de berberechos
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 chorrito de salsa de pescado
1 lima (el zumo)
2 pimientas de cayena (si te gusta picantito)
Jengibre en polvo (si lo tienes en trozo es cuestión de rallarlo)
250m de vino blanco
Aceite de oliva

Elaboración:
Pelar y picar la cebolla. 
Pelar y picar los ajos. 
Exprimir la lima. 
Rehogar la cebolla a fuego medio unos 10 minutos sin que se queme.
Añadir el ajo y la pimienta y rehogar un par de minutos más.
Añadir y mezclar el jengibre, el vino, la salsa de pescado y el zumo de lima, subir el fuego para que hierva, tapar y reducir un minuto.
Añadir los berberechos.
Remover y dejar tapado 5 minutos para que quede con salsita!
Se puede decorar con cilantro.


Por otro lado, el postre, jejeje. Esta tampoco fue al pie de la letra

Crema de frutas del bosque:
Ingredientes:
250g de mascarpone
Algo de nata líquida.
Zumo de una lima
Chocolate del 85% o solo chocolate
1 caja de frutos del bosque congelada
Miel

Elaboración:
Triturarlas frutas del bosque con el zumo de lima. 
En un bol, poner el mascarpone, con un chorro de nata y algo de miel.
Mezclar y batir con las varillas para que esponje (así que no poner mucha nata que se quedará muy líquido).
Mezclar poco a poco los frutos del bosque y dejar en la nevera.
A la hora de servir, rallar el chocolate y espolvorear.


23 de octubre de 2011

Diario de una motocicleta


Mañana empieza mi tercera semana en Luanda. Cada día me voy encontrando más a gusto aquí. El tema del transporte parece que se va a solucionar esta misma semana. Y digo parece, porque aquí, que te digan “si si mañana sin falta” o “si, a las 9 en punto”, no puedes creerlo al 100%. El caso que me he comprado una moto. Nada del otro mundo, una moto china, marca Jingu, que en los papeles dice que es de 50cc pero es de 125cc con marchas. En fin, que después de visitar varias tiendas, me decidí y pagué 830 dolares y para casa. Eso fue hace 9 días. Después, contactamos con el logista de la oficina de cooperación y el nos está arreglando los papeles y la matricula. Así que espero, que a partir del martes, pueda ir al curro en moto y evitar los grandes engarrafamentos de esta ciudad. Además, podré tener la libertad de no depender de nadie y poder ir al centro o a la villa en el momento que yo quiera. Lo próximo será comprarse un coche, con mis otros dos compañeros para poder viajar los fines de semana y para movernos por las noches de Luanda. Se puede ir con moto, pero se recomienda por seguridad que se vaya en coche por las noches.

La seguridad. Ese era otro tema del que quería hablar. Desde que estoy aquí la verdad que en ningún momento me he sentido inseguro o en peligro. Si bien es cierto, que se debe cambiar el chip. De vez en cuando escuchas a algún conocido que le han atracado. Sin ir más lejos, el otro día a una amiga y a un amigo, al salir del gym les atracaron a punta de pistola. No hay que ponerse nervioso, se les da lo que pidan y ya está, no se suelen poner agresivos. Es por ello que por la noche hay que estar un poco más atento, dejar el coche cerca de donde hayas ido y subir rápido y cerrar las puertas. Si se es prudente, no tiene por que pasar nada, y si pasa tomárselo con filosofía.

Por último quería dar una pincelada gastronómica. Todas las veces que hemos salido a cenar, la verdad que han sido un acierto. Hasta mi primera cena que fue en un chino, jajaja. Aquí el pescado es espectacular. Ayer mismo, me cene un pargo a la parrilla increíble en un restaurante que a primera vista parecía un poco cutre. De entrante nos pusieron unos chocos fritos que quitaban el hipo. La pena que no me llevé la cámara y no pude inmortalizar el momento. Pero os dejo la foto de otro plato que también me gusto mucho en un restaurante al lado de la oficina. Realmente no se qué pez era, pero nos lo sirvieron enrollado y relleno de unos langostinos, acompañado de arroz y algo parecido a unas espinacas. Muy rico.


Bueno, un placer seguiros contando mi vida en Luanda. La próxima os hablaré de las noches de Luanda. Luchen por ser felices.

13 de octubre de 2011

Primer fin de semana. Acampada en Cabo Ledo.


Como ya dije en la anterior entrada del blog, la gente de la villa se está portando genial con nosotros. Prueba de ello es que nuestro primer fin de semana, lo pasamos de acampada en la playa de Os Surfistas en Cabo Ledo, a unos 100 km de Luanda. Coincidía con la despedida de José y Mikel, dos chicos que ya se vuelven para España.


Así que, el viernes por la tarde, además de conseguir hacer una compra más que decente en el Kero (el Carrefour de Angola) nos pateamos media ciudad para encontrar una tienda de campaña que nos permitiera refugiarnos durante el fin de semana, con la incombustible compañía de Raúl (nuestro motorista angolano). Al final la encontramos en un garaje que nos abrieron por la parte de atrás en una calle totalmente a oscuras y lo mejor de todo es que entre los barrotes apareció una china chapurreando portugués. Totalmente surrealista.

La playa y las vistas desde el acantilado son increíbles. La verdad es que los angolanos no acostumbran a ir a esa playa, así que casi todo el mundo que encuentras allí son portugueses, brasileiros o españoles. También había unos chinos haciendo surf. Así que llegamos allí, plantamos nuestras tiendas de campaña, nuestro chiringuito y empezamos a encender las brasas en la misma playa.

La comida, no pudo estar mejor. Aquí es un clásico las picañas y los lombiños, básicamente un buen trozo de carne que se va haciendo poco a poco al calor de las brasas, casi siempre por el lado donde tiene toda la capa de grasa. Simplemente exquisito. Ya hemos decidido que vamos a hacernos con unos cuantos kilos de esa carne, que te la venden congelada y vamos a darle dura a la barbacoa que tenemos en el patio de atrás. Pues así transcurrió el día, luego por la noche no faltaron las copas y la diversión.

A la mañana siguiente, la sensación de despertarte, salir de la tienda y ver el océano atlántico delante de ti, no está nada mal. El domingo pasamos todo el día allí (aquí anochece a las 6 de la tarde) y después de pelearnos un buen rato con la tienda para poder cerrarla, pusimos rumbo de nuevo a la urbe. En el camino de vuelta paramos en el Miradouro da Lua en el que se ve un “paisaje lunar”, esculpido por la acción del viento en las rocas. Como era de esperar el atasco de vuelta fue como los míticos que salen en las noticias de Valencia-Madrid, pero con la curiosidad de que la mitad de la gente se dedico a hacer un carril extra en una carretera de doble sentido.

La valoración final del fin de semana fue más que optima, buen sitio, buena comida y sobretodo buena compañía. Besos y abrazos para todos, luchen por ser felices.


11 de octubre de 2011

Todo es empezar

Engarrafamento creo que va a ser la palabra más sonada durante todo el año. Y es que lo de Luanda no son atascos normales, esto es el caos. Coches por todos sitios, sin respetar ninguna norma de seguridad vial, tocando la bocina y atravesándose, toda una aventura que cada mañana me tocara sufrir durante un año. Hacer 10 kilómetros, supone al menos una hora en coche, pero en fin habrá que pelearlo y terminare comprándome una moto.

Tras casi una semana aquí, mis primeras impresiones son bastante buenas. Es cierto que la ciudad no es bonita, al menos lo poco que conozco de ella hasta ahora, que es poco. Aquí el tema de tener coche o moto es totalmente imprescindible, si no eres dependiente de que alguno de tus vecinos en la villa salga o vuelva a la misma hora que tu. También es cierto que toda la gente que por ahora hemos conocido se está portando genial con nosotros.

En la oficina por ahora el trabajo es muy light y básicamente estamos aprendiendo cómo funcionan las cosas. La gente allí también nos está tratando de lujo. Mención especial a Beto, conductor de la oficina y su hermano Raúl, que también nos han ayudado estos primeros días y nos han acompañado en nuestras primeras compras. La primera de ellas por cierto desastrosa, tres tíos licenciados y con un máster del universo, y salimos del supermercado sin agua mineral (aunque el agua es potable, sabe a rayos) ni papel higiénico, eso sí una caja de cervezas no se nos olvidó, además de la marca Sagres, que tan buenos momentos nos dio a Álvaro, a Soler y a mi durante nuestro viaje a Portugal cuando acabamos el máster en julio.

La casa no está mal, pero necesitamos hacerla algo más habitable, comprar algunos muebles para el salón, posiblemente una tele y sobre todo solucionar un problemilla de cucarachas en la cocina, que por más trampas y más spray que echamos no quieren irse. Y el resto de la villa donde estamos es genial. Tenemos una pista de padel, que al segundo día ya estábamos echando un partidillo, una de tenis, mesa de pingpong, y una cancha de futbol sala y baloncesto, que también hemos probado. Y sobre todo la piscina, que aunque no es muy grande espero darle bastante uso durante el año y ponerme algo en forma que ya toca.

En la próxima entrada os contaré nuestro primer fin de semana que lo pasamos fuera de la ciudad acampando. Besos y abrazos para cualquiera de vosotros que haya conseguido leer hasta el final.

3 de octubre de 2011

No queda si no batirse

“No queda sino batirse” le dijo el gran Don Francisco de Quevedo al Capitán Alatriste. Con esta épica frase comienza la serie de “algo mais do que Angola”. En mi caso ya no queda sino partir, tras varios días de despedidas y nervios y cargado de energía e ilusión, hoy comienza mi viaje a Angola.

Durante los próximos doce meses,  “I do what i want to” se vuelve internacional. Además de todo lo que se nos ocurra contar desde Madrid, dedicaremos una serie de entradas con las experiencias y anécdotas que vayan sucediendo durante mi estancia en la ciudad de Luanda.

Tras 500 años de dominio portugués y 27 años de guerra civil, en la que tanto Yanquis como Rusquis (ayudados por los cubanos) se dedicaron a financiar a los dos bandos y usaron el país como su tablero de juego de la Guerra Fría, Angola trata de abrirse paso y superar las heridas sufridas. Como muchos otros países en desarrollo, cuenta con suficientes materias primas como para despegar y dejar atrás la pobreza en la que viven una gran parte de su población. Y como muchos otros países en desarrollo, un sistema político y administrativo corrupto dirige el país (Según el Índice de Percepción de la Corrupción que la organización Transparencia Internacional elabora cada año, Angola se sitúa en la posición 158 de 180 países analizados).

Actualmente, de Angola se dicen muchas cosas, que si todavía es un país peligroso, que si Luanda, su capital, es muy cara – según la consultora Mercer, se trata de la ciudad más cara del mundo para expatriados-, que todo está todavía por hacer… Se trata de un país por descubrir, casi sin turismo occidental (por ahora son las multinacionales las que intentan instalarse en el país) que combina paisajes de ensueño y vida salvaje por igual (cuenta con las terceras cataratas más grandes de todo África).

Pues bien, tengo un año entero para confirmar que hay de cierto en todo eso que se dice y descubrir todo lo que el continente Africano me ofrezca. Y desde aquí intentaré manteneros informados de esta magnífica aventura. Y es que, como decía Boris (Oscar Jaenada) frente a la tumba de su padre, en la película Días Azules, “Me voy… Si, si, y ya verás me va a ir de puta madre”, así me siento yo.

10 de septiembre de 2011

Probando una receta de Emile Henry

La empresa de Emile Henry se dedica a la fabricación de utensilios de cocina de cerámica de la más alta calidad. Fue fundada en 1980, en aquel momento se fabricaban artículos como tazas o jarras. Actualmente los utensilios van desde los clásicos para cocinar al horno hasta cacerolas y utilidades para las empresas de catering y hoteles. Si les interesa ésta es la web oficial:
Pero ahora, al lío! 

Brochetas de langostinos aromáticos.

Ingredientes:

4-5 langostinos por brocheta.
Cilantro molido.
Pimienta negra recién molida.
Zumo de limón.
Vino blanco.
Comino molido.
Pimentón dulce molido.
Salsa de pescado thais (nosotros utilizamos salsa de ostras).
Aceite.

Elaboración:
Pelar los langostinos (podemos dejar las colas, es más estético). Mezclamos en un cuenco las especias al gusto. Añadimos el zumo de limón, un poquito de la salsa de pescado (u ostras) y otro del vino blanco hasta obtener una textura pastosa, no líquida. Mezclar bien los langostinos con el macerado, tapar con film y dejar reposar en la nevera mínimo una hora.
Pasado ese tiempo, calentar la plancha y untar un poco de aceite mientras montamos las brochetas (nosotros no hicimos brochetas). Cuando la plancha esté bien caliente poner las brochetas y dar vuelta y vuelta hasta que estén hechas.

Arroz a la milanesa con boletus.

Ingredientes:

100g de queso parmesano.
1 diente de ajo grande.
300g de boletus.
900g de caldo de carne.
130g de cebolla (1/2 cebolla grande).
50g de aceite.
350g de arroz.
50g de mantequilla.
Pimienta.

Elaboración:
Rallar el queso parmesano (15s a velocidad progresiva 5-10 en Thermomix). Reservar el queso. Trocear la cebolla y el ajo (4s a velocidad 4 en Thmx). Sofreir hasta que la cebolla esté blanda (7min, 100º a velocidad 1 en Thmx). Cortar los boletus en láminas y añadir a la cebolla y rehogar (poner la mariposa, añadir los boletus y rehogar 5min 100º a velocidad 1 en Thmx). Añadir el arroz y rehogar un poco (3min 100º a velocidad 1 en Thmx). Añadir el caldo de carne y dejar que se haga el arroz (programar 17min 100º a velocidad 1) comprobar que el arroz está hecho. Agregar la mantequilla el parmesano y la pimienta y mezclarlo todo. Dejar reposar antes de servir.

Bizcocho estilo brownie de Emile Henry.


Ingredientes:

50g de avellanas.
150g de mantequilla.
200g de azúcar (nosotros echamos 150g y estaba bien).
2 sobres de levadura (36g).
250g de chocolate del 70% de cacao.
5 huevos.
180g de harina.

Elaboración:
Precalentar el horno a 180º. Trocear las avellanas (4s a velocidad 4 en Thmx) y reservar. Trocear el chocolate hasta hacer polvo (20s a velocidad progresiva 5-10 en Thmx) y reservar. Echar los huevos y el azucar y mezclar a fuego suave (poner la mariposa y programar 5min a 37º y velocidad 3 y 1/2 en Thmx). Aádir la mantequilla y el chocolate y seguir mezclando a la misma temperatura (durante 30s a la misma temperatura y velocidad 2 en Thmx). Incorporar la levadura y la harina y seguir mezclando (10s a velocidad 2 en Thmx y retirar la mariposa). incorporar las avellanas y mezclar (con la espátula en Thmx). Engrasar una fuente y hornear 30min a 180-190º con calor arriba y abajo. Cuidado con el tiempo.


Menuda comilona!!!


7 de agosto de 2011

Pollo a la miel

Nosotros solemos hacer este pollo acompañado de arroz.
Así que a preparar el arroz cada uno como sepa o como pueda, nosotros echamos 1 y 1/2 de agua por 1 de arroz; si le pones un diente de ajo..... riquísimo!


Ingredientes:


2 pechugas de pollo
1 cebolla
500ml de nata (incluso menos, dependerá de cuánta salsa quieras)
4-5 champiñones grandes
Salsa de soja
Miel
Pimienta


Elaboración:


Picar la cebolla y empezar a dorar, sin que se queme. Cortar el pollo en tiras y añadir al fuego cuando la cebolla esté pochadita. Cortar los champis en láminas y añadir. Echar pimienta al gusto. Cuando el pollo esté doradito añadir la nata, que cubra un poco las tiras de pollo pero sin que rebose. Dejar que hierva un poquito y añadir un chorrito de salsa de soja, que manche un poco la nata. Remover para que todo quede bien mezclado. Añadir unas buenas cucharadas de miel y remover. Dejar que se mezcle bien y retirar. 


Con esto y el arroz a la mesa!



15 de julio de 2011

Mi Pequeño Homenaje

Hace ya más de un año que me presenté al primero de los exámenes para las becas de Internacionalización del ICEX, sin saber muy bien que unos meses más tarde iba a renunciar a un trabajo en una ONG y a un máster en cooperación, para dar un giro en mi vida y enrolarme en la CECO Aventura que han sido estos últimos 6 meses. Pues bien, he de decir, totalmente convencido, que no me arrepiento. Que he conocido a gente increíble con la que he aprendido y sufrido, pero sobre todo disfrutado. De ahí, que quiera dedicarles mi pequeño homenaje. Y ya que cierta profesora no paro de recordarme que de la escritura no sería capaz de vivir, he hecho este video para agradecer a todos aquellos que han hecho que estos seis meses de mi vida hayan sido inolvidables.

Algunos, puede que no los vuelva a ver; otros, se que los voy a tener ahí a mi lado, como ya me han demostrado estos últimos días difíciles. A todos muchas gracias. 


5 de julio de 2011

Me voy unos días, te dejo un brownie ;)

Llevaba unos días queriendo hacer alguna recetilla dulce. Y ayer decidí que esa receta sería un brownie.
Así que me he ido a comprar los ingredientes que me faltaban: huevos, harina, nueces y chocolate negro para el brownie. 
¿Y qué he comprado? Pues huevos, harina, nueces y chocolate con leche porque no me he dado cuenta, juraría que no lo ponía ...








... lo suficientemente grande! (Me he dado cuenta cuando he llegado a casa!)


Y me he puesto a la receta, atentos!


BROWNIE DE CHOCOLATE CON LECHE!

Ingredientes:
120g de chocolate (la receta es fondant pero yo he cogido chocolate con leche para postres)
4 huevos
120g de harina
250g de mantequilla
210g de azúcar
Nueces (hay dos recetas distintas una pone 200g y la otra como 13-14 nueces, al gusto)

Elaboración:
Pre-calentar el horno a 180º. 
Derretir el chocolate al baño maría o en el microondas asegurándose de que no se queme. Mezclar en un bol el azúcar y los huevos.
Añadir la mantequilla y el chocolate, mezclar y añadir las nueces troceadas junto con la harina.
Verter la masa en un molde previamente untado con mantequilla.
Hornear unos 20' a 180º (calentamiento arriba y abajo!)
Comprobar que está crujiente por fuera y tierno por dentro y.....