13 de octubre de 2011

Primer fin de semana. Acampada en Cabo Ledo.


Como ya dije en la anterior entrada del blog, la gente de la villa se está portando genial con nosotros. Prueba de ello es que nuestro primer fin de semana, lo pasamos de acampada en la playa de Os Surfistas en Cabo Ledo, a unos 100 km de Luanda. Coincidía con la despedida de José y Mikel, dos chicos que ya se vuelven para España.


Así que, el viernes por la tarde, además de conseguir hacer una compra más que decente en el Kero (el Carrefour de Angola) nos pateamos media ciudad para encontrar una tienda de campaña que nos permitiera refugiarnos durante el fin de semana, con la incombustible compañía de Raúl (nuestro motorista angolano). Al final la encontramos en un garaje que nos abrieron por la parte de atrás en una calle totalmente a oscuras y lo mejor de todo es que entre los barrotes apareció una china chapurreando portugués. Totalmente surrealista.

La playa y las vistas desde el acantilado son increíbles. La verdad es que los angolanos no acostumbran a ir a esa playa, así que casi todo el mundo que encuentras allí son portugueses, brasileiros o españoles. También había unos chinos haciendo surf. Así que llegamos allí, plantamos nuestras tiendas de campaña, nuestro chiringuito y empezamos a encender las brasas en la misma playa.

La comida, no pudo estar mejor. Aquí es un clásico las picañas y los lombiños, básicamente un buen trozo de carne que se va haciendo poco a poco al calor de las brasas, casi siempre por el lado donde tiene toda la capa de grasa. Simplemente exquisito. Ya hemos decidido que vamos a hacernos con unos cuantos kilos de esa carne, que te la venden congelada y vamos a darle dura a la barbacoa que tenemos en el patio de atrás. Pues así transcurrió el día, luego por la noche no faltaron las copas y la diversión.

A la mañana siguiente, la sensación de despertarte, salir de la tienda y ver el océano atlántico delante de ti, no está nada mal. El domingo pasamos todo el día allí (aquí anochece a las 6 de la tarde) y después de pelearnos un buen rato con la tienda para poder cerrarla, pusimos rumbo de nuevo a la urbe. En el camino de vuelta paramos en el Miradouro da Lua en el que se ve un “paisaje lunar”, esculpido por la acción del viento en las rocas. Como era de esperar el atasco de vuelta fue como los míticos que salen en las noticias de Valencia-Madrid, pero con la curiosidad de que la mitad de la gente se dedico a hacer un carril extra en una carretera de doble sentido.

La valoración final del fin de semana fue más que optima, buen sitio, buena comida y sobretodo buena compañía. Besos y abrazos para todos, luchen por ser felices.


2 comentarios:

  1. canarios hay en todos sitios, pero chinos....

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  2. Disfruta a tope nachete!!!qué cabrón que tienes sagres, ya sabes que son sushi va de pm!!!

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