26 de agosto de 2012

GO, GO, GO!


Como dije anteriormente, salimos de Chongoni por la mañana tempranito, pero no tanto, sobre las 8, que tampoco es mala hora! Bueno, pues 6km por una carretera de tierra y un buen rato después nos llega un SMS al móvil. ¡Nos habíamos llevado las llaves de la habitación! Había que devolverla. Total que giramos y de repente nos para la policía. Un señor muy agradable que nos indicó que habíamos excedido el límite de velocidad y por tanto teníamos que aportar a las arcas del estado la cantidad de Mk5000 (20$). Le explicamos la situación, y pese a tener que pagar la multa como todo hijo de vecino se ofreció a devolver él mismo la llave ya que conocía el lugar, eso que nos ahorró. Si la devolvió o no, eso ya no lo sabemos, pero lo cierto es que los del Kazela Forestry Resthouse no volvieron a llamarnos, así que asumimos que sí. Sobre la multa hay que decir que luego nos dimos cuenta que los coches que venían en dirección contraria te avisaban de los controles policiales de velocidad, así que ibas con eso en mente.

Típica localidad en Malawi

Nuestro siguiente destino era Majete Wildlife Reserve, al sur cerca de la frontera con Mozambique, pero como apenas suministros (el Spar estaba más bien falto), paramos en Blantyre  a comprar. Y como viene siendo la tónica de nuestro viaje nos olvidamos de dos cosas importantes: el hielo y el carbón! No pasa nada, comimos y seguimos adelante.
Llegamos al parque a eso de las 4 de la tarde (anochecía a las 6-6:30) y lo primero que hicimos fue un Game Drive con nuestro maravilloso Ranger llamado Damiano. Bueno, miento, lo primero fue plantar la tienda de campaña en la que íbamos a dormir esa noche junto a la de los lugartenientes que nos prepararían posteriormente la cena. La ruta en coche se hace en tú coche (íbamos de barato, nada de 4x4) y el señor Damiano se sube con su arma correspondiente (yo la llamaría metralleta, pero no entiendo de armas y podría ser cualquier otra cosa) como protección. Durante el camino vimos varios animales y Damiano nos fue explicando. De repente, un grupo de elefantes a la izquierda. Lamentablemente a uno de ellos no le gustamos mucho y…
Mejor explicar primero cuál es el peligro del elefante (y de los hipopótamos):
Ambos animales, aunque son herbívoros son extremadamente peligrosos. El hipopótamo es el animal que más muertos causa en África ya que una mordida puede dejarte en dos pedacitos. Además son animales muy territoriales y muy protectores. ¿Qué quiere decir esto? ¡No les pises el terreno! ¡No te acerques a sus crías! (ni a ellos si están con crías) ¡No te acerques si está solo! y por Dios, no te hagas el gracioso! (esto último se explicará en posteriores capitules de “Qué no debo hacer cuando tengo a un elefante delante”). Con esto, podemos decir que los elefantes tienen claras señales de aviso previo a un ataque (¡míralos que buena gente son que te avisan!):
1- Aleteo de las orejas.
2- Elefante barritando.
3- Elefante levantando polvo (normalmente con la trompa).
4- Elefante embistiendo.
(El hipopótamo hace parecido)

Sigamos con la explicación de lo que ocurrió con ese elefante. Como dije, no le debimos de caer muy bien a simple vista. Y lo primero que hizo fue aletear las orejas y sin dejar tiempo a respirar barritó, se le olvidó levantar polvo y es que echó a correr tras nosotros. Afortunadamente Damiano nos dijo “Go, go, go!” y cuando parecía que ya no venía paramos. Llevábamos un coche (del lodge de los ricos) detrás, es sí un 4x4 con conductor… Volvimos a oír al elefante y… La cara del conductor y del Ranger del coche de atrás estaba totalmente desencajada y nos venían pisando los talones así que de nuevo: “Go, go, go!” Ahora sí, una vez pasado un rato corriendo el coche de atrás aminoró la velocidad, y consecuentemente nosotros también y yo, sólo entonces respiré. Damiano y N iban riendo ya, pero yo seguía con sustillo en el cuerpo. Paramos a sacarnos fotos junto al río. Había varios cocodrilos y solo vimos a un hipopótamo. La vuelta fue más tranquila. Una duchita de agua caliente y nos prepararon unas hamburguesas con un tomatito que estaba…. Y a dormir!


 Waterbucks con su anilla blanca en el trasero

 Bushbuck

 Waterbuck sentado

 Búfalo

 Elefante cabreado, sí este nos persiguió

 Grater kudu

 El cocodrilo

Damiano y S frente al río

La noche en general fue tranquila, pero después de la experiencia con el elefante no se duerme igual sabiendo que no hay nada que separe la zona “salvaje” de la zona de acampada, pero bueno.
A la mañana siguiente, tempranito (a las 7) vino a buscarnos Damiano para hacer el “Walking Safari” y el con su metralleta y nosotros nos fuimos en fila india. Por un lado queríamos ver elefantes, pero no queríamos encontrarnos con el antipático del día anterior. La verdad es que vimos menos animales, todo tipo de antílopes y muchos “pumbas” pero nada más. Caminamos hasta las Cataratas Kapichira y menudo espectáculo. Tienen una presa que ensucia la vista, pero gestionan el agua que llega a la central hidroeléctrica que facilita electricidad a parte de la población. ¿No está mal, no? 
 N y Damiano, siempre en fila india

 Presa y Catarata Kapichira

 Catarata Kapichira


Había waterbucks por todos lados

Volvemos al campamento base y ¿quién estaba al lado del coche? Un warthog! (nuestro amigo Pumba nos ha acompañado durante todo el viaje) Y no te creas que se molestó al vernos, pasó de nosotros!!

 Pumba de cerca

Pumba a la izquierda y nuestro coche a la derecha

Y ahora sí, recoger, guardar, montarse en el coche, y hasta la próxima parada.

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