16 de junio de 2015

Un día cualquiera

Ahora sí, ahora estoy instalada y he empezado el voluntariado en el colegio.

Tras la llegada vinieron los días de adaptación. Las primeras noches en una de las habitaciones y ahora por fin en mi lugar permanente. Me costó acostumbradme al ruido de los monos por la noche saltando en el techo de mi cabaña. Tanto que me despertaban por la noche y ponía los podcasts de Buenos días Javi Nieves y Mar Amate descargados en el móvil, a ver si con el ruido se calmaban. Eso ya se me ha pasado, ahora ni los oigo.

Pero en mi casa nueva tengo más espacio que la cama. Parece más grande de lo que es, pero me sobra espacio. Consta de un dormitorio en la parte de arriba, un baño, una salita y una terraza aunque aún no la he utilizado porque la terraza del bar-restaurante está genial. Si la primera habitación tenía una vista de lujo, en esta tengo definitivamente la mejor vista de todo Mayoka Village. El lago perfecto, las montañas frondosas... Vaya lujo.


Camino un poquito al colegio y en el camino me encuentro con muchos de los habitantes que no viven en el centro de Nkhata Bay sino en los alrededores. Te conozcan o no, los conozcas o no, lo habitual es, dar los buenos días y preguntar qué tal está acda uno. Ya cuando llego al colegio está Madam Zione limpiándolo, y a la batalla.


A la vuelta, un poco de lago y a disfrutar del atardecer y de la noche estrellada. Ahora queda investigar cómo llegar a la playa desde aquí.



Como se dice por aquí, nos vemos "maua" (mañana).


No hay comentarios:

Publicar un comentario